Oregón, Estados Unidos a 05 de octubre de 2023.- George Poinar Jr., investigador de la Universidad Estatal de Oregón, lideró un estudio que identifico una microavispa hembra en una muestra de ámbar birmano que tiene alrededor de 100 millones de años de antigüedad.
Este hallazgo despertó la curiosidad de la comunidad científica debido a las extrañas estructuras en forma de "nubes" presentes en las antenas de la avispa, cuya naturaleza aún no ha sido definida con certeza.
Poinar, conocido por su experiencia en el uso del ámbar para investigar la biología y ecología de épocas pasadas a través de organismos conservados, junto con el investigador independiente Fernando Vega de Silver Spring, Maryland, han analizado este fósil con atención.
A pesar de sus esfuerzos, no han encontrado insectos, tanto actuales como extintos, que presenten estructuras antenales similares a las observadas en esta microavispa.
Esta diminuta microavispa tiene una longitud de solo 1,3 milímetros y características distintivas, como antenas compuestas por 15 segmentos, una profunda hendidura en el centro de su cabeza y rasgos alares únicos que la diferencian de otras especies de microavispas.
Las misteriosas estructuras en sus antenas representan un enigma para los científicos.
Dado que no se ha encontrado ninguna estructura similar en otros insectos, los expertos solo pueden especular sobre su origen.
Las hipótesis incluyen la posibilidad de que sean pequeñas semillas de plantas, secreciones vegetales o incluso huevos de un huésped que la avispa estaba parasitando.
Una teoría sugiere que esta microavispa podría haber estado parasitando cochinillas, ya que en el mismo fragmento de ámbar se ha identificado una cochinilla macho.
Los científicos han nombrado a este espécimen único "Caradiophyodus saradae", tomando el nombre del género de las palabras griegas que significan "cabeza" y "hendidura".