Morelia, Michoacán, a 3 de mayo de 2024.- A iniciativa de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Michoacán (CEDH), la UNAM campus Morelia y la colectiva Hilos “Sangre de mi sangre”, se llevó a cabo el conversatorio “Tejiendo hasta encontrarnos, diálogo y sesiones de tejido”.
Fue para dialogar sobre las violencias, la memoria, las resistencias y el activismo, así como visibilizar desde el arte la problemática social de la desaparición forzada. Ahí participaron Claudia Rodríguez, directora de Hilos y artista plástica; David Gutiérrez Castañeda, maestro en Historia del Arte; Elizabeth Mercado Espejo, bailarina; Georgina Rodríguez, catedrática de la ENES Morelia, y Sergio Manuel Camacho, integrante de la CEDH Michoacán que estuvo como moderador.
En su participación, Claudia Rodríguez dijo que Hilos consiste en crear una gran obra de arte en color rojo, a través de sesiones de tejido, que se realizan en espacios públicos, con el fin de apropiarse de éstos, además representar el dolor que viven los familiares de las personas desaparecidas, pero que también se convierte en una propuesta incluyente, comunitaria, que lleva implícita la organización de la sociedad.
Por su parte, David Gutiérrez, opinó que la creación de este “tejido” tiene consigo una protesta frente a las políticas públicas, fallidas porque no han podido hacerle frente a la problemática de la desaparición.
En su turno, Georgina Rodríguez opinó que se trata también de visibilizar la vulnerabilidad a la que están expuestos los familiares de las víctimas del delito de desaparición, pero a través de una obra de arte, utilizado éste como un detonador de la sensibilidad.
La bailarina Elizabeth Mercado expresó que se utiliza al color rojo por su relación con la sangre, ese líquido que todos llevamos en el cuerpo y que, desafortunadamente, se ha convertido en el color de la violencia.
Para Sergio Manuel Camacho, el proyecto “Sangre de mi sangre”, representa el dolor de las personas y, a su vez, una herramienta de denuncia social que se realiza de manera pacífica, sin dañar el patrimonio cultural y que, además ha tenido un efecto multiplicador, puesto que ya se extendió a 20 entidades federativas y a 10 países, sobre todo de Latinoamérica.
De esta forma, el tejido que se va elaborando con hilo rojo representa la mancha de sangre generada por la violencia y, al mismo tiempo, la posibilidad de unirnos, empatizar, resistir y sanarnos en colectivo. Posteriormente se realizó una sesión de tejido, en el marco del proyecto.