Morelia, Michoacán, 15 de mayo de 2024.- Al hablar del voleibol michoacano de manera inmediata llega a la memoria de la comunidad deportiva los nombres de los experimentados entrenadores María del Carmen Rangel Tapia y Luis Miguel Vázquez Aguado, quienes desde hace más de 40 años posicionan al voleibol de playa y de sala en nuestra entidad en los planos nacional e internacional.
Egresados de la que fue la prueba piloto para la conformación del plan de estudios de lo que ahora es la Escuela Normal de Educación Física (ENEF), en Michoacán, en 1983 y 1984, respectivamente, Marí y Layo, como son queridamente conocidos entre sus pupilos, se conocieron durante su etapa como seleccionados estatales de la especialidad de sala, poco después de que cambiaran sus proyectos de vida en el ámbito académico.
“Me encanta el deporte y he vivido muchos logros y cosas muy bonitas; que, solo se pueden vivir teniendo metas y objetivos, los cuales busco transmitir a mis alumnas y alumnos. Trato de hacer lo que puedo, porque a final de cuentas no puedes hacer que la gente piense como uno mismo. Me describo como una persona muy exigente, comprometida, responsable y por lo tanto me gusta que mis alumnos sean así también”, menciono María del Carmen, quien antes de dedicarse a la Cultura Física y Deporte, había tomado la decisión de estudiar la licenciatura en Derecho.
En el caso de Luis Miguel, en plena década de los 80, cursaba el cuarto año de Medicina cuando se enteró que la Escuela Normal Urbana Federal Prof., J. Jesús Romero Flores, lanzó la convocatoria para la licenciatura de Cultura Física y Deporte, mediante un curso de regularización en lo que ahora es el Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación José María Morelos (IMCED), lo que lo hizo cambiar de decisión que a la postre, marcaría un antes y después en la historia del voleibol michoacano.
“La principal razón de hacerme entrenador fue para mejorar la enseñanza, porque en nuestros tiempos la orientación estaba a cargo de gente improvisada y eso nos hizo de alguna manera sentirnos frustrados, no eran malos, pero siempre se debe a aspirar a mucho más; cuando ganamos, eso ya es historia, hay que enfocarnos en lo que sigue para volver a lo más alto. Me gusta mucho la competencia, cuando hay momentos difíciles siempre se encuentran cosas que te empujan a salir adelante; trato de ser muy paciente y especialmente en entender a las nuevas generaciones, porque no se les puedes llamar la atención en determinada forma y es donde entra el tema de derechos humanos”, describió Layo.
Con numerosas participaciones en campeonatos mundiales, panamericanos, entre otros del plano internacional, así como del nacional en el que resalta un sinfín de medallas obtenidas por sus discípulos desde la creación de Olimpiada Nacional, ahora llamada Nacionales Conade, Layo y María continuarán impartiendo sus conocimientos del deporte que más les apasiona y los une como pareja: la duela, la arena, el sol, el mar y el balón de voleibol.