Ottawa, Canadá, a 31 de marzo de 2025.- Alguna vez hubo una relación positiva entre Canadá y Estados Unidos y ejemplos hay varios, siendo uno de los más significativos cuando John F. Kennedy pronunció en 1961 “la geografía nos hizo vecinos, la historia amigos, la economía socios y la necesidad nos volvió aliados”, una historia que quedó muy lejana, temporal y simbólicamente, de la actualidad.
La concordia ha dado paso al encono, algo que el propio primer ministro canadiense, Mark Carney, expresó claramente con estas palabras: “la antigua relación que teníamos con Estados Unidos, basada en la integración cada vez mayor de nuestras economías y en una estrecha cooperación en materia de seguridad y militar, ha terminado”.
Hay en esta historia de divorcio un principal responsable, que es Trump, el cual dejó de lago el respeto por su país vecino con actos simbólicos como, por ejemplo, llamar al anterior ministro Justin Trudeau, el “gobernador del 51º estado”, para luego implementar medidas económicas como los aranceles.
Hace poco Donald Trump anunció aranceles del 25% a la importación de automóviles, una bomba en un Canadá que está en plena campaña electoral hacia las elecciones del 28 de abril.
Ahora, si bien ambos mandatarios tuvieron una conversación el viernes y la describieron como productiva, Carney no se desdijo y dejó claro que este es el inicio de una nueva era en la relación entre dos países vecinos que habían sido amigos y aliados durante generaciones.