Morelia, Mich., a 29 de octubre de 2024.- En una acción de vigilancia y protección ambiental, la Fiscalía General del estado de Michoacán (FGE) aseguró un predio en el municipio de Tingambato donde se detectó una plantación de aguacate en medio de indicios de deforestación, incluyendo restos de árboles talados. Esta intervención forma parte de un esfuerzo por frenar la deforestación y el cambio irregular de uso de suelo, una práctica creciente impulsada por la alta demanda del aguacate michoacano en mercados internacionales, como el estadounidense.
La Fiscalía Especializada en Combate a los Delitos Contra el Ambiente y la Fauna llevó a cabo la orden de cateo tras identificar la posible comisión de delitos ambientales. Durante la operación, el personal de la Policía de Investigación observó evidencias de la tala reciente de árboles en un área destinada a la siembra de aguacate, lo que confirma las preocupaciones sobre la expansión no regulada de estos cultivos. El agente del Ministerio Público anunció que continuará las investigaciones para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.
El auge del aguacate y sus efectos en Michoacán
Michoacán produce cerca del 80% del aguacate mexicano, y la alta demanda ha disparado la expansión de huertos, a menudo en terrenos que previamente eran áreas forestales. Sin embargo, este crecimiento no ha sido sin consecuencias, y la tala de bosques para abrir paso a huertos de aguacate ha impactado gravemente al ecosistema local. La pérdida de hábitats naturales en zonas de pino y encino no solo afecta a la flora y fauna autóctonas, sino que pone en riesgo a especies como la mariposa monarca, famosa por migrar cada año a los bosques de esta región.
Además, la gran cantidad de agua que requieren los huertos de aguacate ha llevado a la disminución de recursos hídricos para las comunidades locales y ecosistemas cercanos, afectando la fertilidad del suelo a largo plazo. La erosión y el agotamiento de nutrientes del terreno también son preocupaciones latentes en las comunidades agrícolas del estado.
Desafíos regulatorios y de seguridad
La regulación de la tala y cambio de uso de suelo está contemplada en la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable y la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en México, pero la demanda económica ha incrementado los casos de permisos irregulares y deforestación ilegal. La presión por el crecimiento del “oro verde”, como se le llama al aguacate, ha generado un ambiente de tensión donde incluso se reportan conflictos sociales y amenazas por parte de grupos del crimen organizado que buscan controlar la actividad.
Hacia una producción sustentable
La intervención de la FGE en Tingambato se suma a los esfuerzos por hacer frente a la tala ilegal y mitigar el impacto ambiental que ha traído la expansión de la industria del aguacate en Michoacán. Entre otras medidas de mitigación, se ha impulsado la certificación de huertos sustentables y la creación de zonas de amortiguamiento para proteger los ecosistemas locales, buscando un equilibrio entre la prosperidad económica del estado y la conservación de sus recursos naturales.
La situación en Michoacán es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la región en su búsqueda de un desarrollo económico sostenible que respete su patrimonio ecológico y su biodiversidad.