Compra el hampa a militares en Michoacán: Por mil pesos soldado vendió al Comandante del 12º Batallón de Infantería en Morelia; un sargento se vendió por 30 mil

Morelia, Mich., a 30 de enero de 2025.- En los últimos 14 años, la delincuencia organizada ha logrado infiltrar las filas del Ejército Mexicano en Michoacán, donde soldados en activo han sido cooptados por el crimen a cambio de pagos que van desde los mil hasta los 30 mil pesos mensuales. De acuerdo con datos de la Fiscalía de Justicia Militar y la Fiscalía General de la República, desde 2010 la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha denunciado a 278 elementos castrenses por su presunta relación con el narcotráfico y delitos contra la salud, siendo un cartel que opera en la entidad, uno de los cárteles que más ha recurrido a la corrupción de militares para obtener información estratégica.

Uno de los casos más graves ocurrió en el 12/o Batallón de Infantería en Morelia, donde un soldado identificado como Raúl filtraba información de los movimientos de su comandante a su pareja sentimental, quien pertenecía a La Familia Michoacana. A cambio, recibía pagos de mil pesos por mensaje enviado con detalles sobre las salidas del jefe militar, las operaciones en curso e incluso imágenes de aseguramientos. Su testimonio, registrado en expedientes castrenses, señala que la entrega de dinero se realizaba en una tienda de refrescos, donde recogía el pago por su colaboración.

Otro caso que evidenció la infiltración del crimen en las Fuerzas Armadas fue el de Arturo, un soldado de infantería que confesó haber trabajado durante dos años para La Familia Michoacana. En su declaración ante la Fiscalía General de Justicia Militar, admitió que su función dentro del cártel era alertar sobre movimientos militares, el paso de convoyes y los operativos en la región de Morelia y Ciudad Hidalgo. Por esta labor, recibía cinco mil pesos mensuales, depositados en la cuenta de su esposa por un exmilitar desertor llamado Xavier.

Los documentos del Tribunal Superior Militar también revelan que La Familia Michoacana logró infiltrar hasta a un sargento que fungía como escolta de altos mandos del Ejército. Su papel dentro del cártel consistía en proporcionar información sobre la salida de personal militar y operativos estratégicos, por lo que recibía pagos de hasta 30 mil pesos.

Ante estos casos de corrupción, los mandos medios de la Sedena han denunciado a los soldados que han sido detectados colaborando con el crimen organizado, lo que ha permitido la apertura de procesos judiciales en su contra. Sin embargo, muchos de estos juicios han permanecido inconclusos durante años debido a los amparos y apelaciones que han trasladado los casos de la justicia militar a la federal civil.