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MensajearTijuana, BC., a 11 de abril de 2025.- Luego del fallido operativo para la captura de un fugitivo de los Estados Unidos que se escondía en Tijuana, el cual derivó en el homicidio de la agente Abigail Esparza Reyes, de 33 años de edad, y agente del Área de Inteligencia y Enlace Internacional de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana, se ha evidenciado que agentes estadounidenses participaron en esta operación y luego desaparecieron, igual que el asesino.
Fue el 9 de abril que agentes estatales de Baja California coordinados por Abigail Esparza Reyes -líder del grupo operativo conocido como los “caza gringos” por su colaboración con las autoridades EEUU para atrapar fugitivos de ese país-, acudieron al fraccionamiento Barcelona de Tijuana, para detener a un sujeto vinculado con múltiples homicidios en suelo norteamericano.
Sin embargo, el fugitivo parecía saber lo que se avecinaba y tendió una emboscada a los agentes, matando a Abigail Esparza. Cámaras de vigilancia muestran al hombre corriendo por calles cercanas, solo con ropa interior, luego de cometer el crimen. Destaca en la grabación que el hombre tenía dentro de un auto estacionado en la calle, un cambio de ropa listo para cuando tuviera que darse a la fuga, disfrazándose de barrendero para pasar inadvertido.
Sin embargo, el caso se ha tornado más turbio, pues se ha evidenciado que en este operativo participaron agentes estadounidenses, quienes luego de la muerte de su homóloga mexicana, se dieron a la fuga.
Los agentes extranjeros que participaron en este operativo, llegaron en dos camionetas fuertemente blindadas de la marca Chevrolet e incluso se identificó al encargado de enlace institucional de Estados Unidos con México, un hombre calvo que aparece en fotografías y tomas de cámaras de vigilancia, a quien se observa en el sitio del operativo y cuando aborda la camioneta blindada en la que huiría. Al menos otro cuatro agentes estadounidenses habrían participado en este fallido operativo.
De acuerdo con periodistas locales, los americanos dijeron que “lamentaban el cochinero que habían dejado” en esta fallida operación que cobró la vida a una agente clave en la cooperación México – EEUU.
