Ciudad de México., a 15 de febrero de 2025.- Marco Ebben, uno de los narcotraficantes más buscados a nivel internacional, fue asesinado con más de 15 disparos la mañana del pasado miércoles en el estacionamiento de Plaza Antigua, en Atizapán, Estado de México. Dos sicarios armados con rifles calibre .223 y pistolas 9mm abrieron fuego contra el criminal de origen holandés cuando se dirigía a su camioneta blindada.
Ebben, de 32 años, era un "broker" de alto nivel dentro del crimen organizado y había trabajado para Ismael "El Mayo" Zambada desde que entabló negociaciones con el fallecido "Chino Ántrax". Se sabe que llegó a México desde Europa para reforzar la guerra entre "La Mayiza" y "La Chapiza" en Sinaloa y estableció su residencia en la colonia Rancho San Juan, en Atizapán.
Las autoridades locales y federales habían estado tras su rastro durante meses. De hecho, elementos de la Secretaría de Marina tenían un operativo en curso para detenerlo la mañana de su asesinato. Sin embargo, un comando criminal se adelantó y acabó con su vida 14 minutos antes de que llegaran los agentes de seguridad.
Entre las pertenencias de Ebben, las autoridades encontraron una credencial oficial de la DEA con el nombre "Velasquez Rivas Jesús Antonio", lo que sugiere una posible infiltración o conexión con agencias de seguridad internacional.
Ebben tenía una ficha de búsqueda en 196 países y una sentencia pendiente de siete años y cuatro meses de prisión en Países Bajos por su participación en el tráfico de 400 kilos de cocaína ocultos en piñas desde Brasil en 2015. Su reputación lo colocaba como una de las figuras más influyentes del crimen global, con operaciones en los cinco continentes y conexiones con la mafia rusa, albanesa, italiana, triadas chinas y cárteles de América Latina.
Su perfil lo distinguía como un operador freelance de altos vuelos en el mundo del narcotráfico. Hablaba al menos siete idiomas, tenía contactos en poderosos clanes criminales y poseía conocimientos en negocios internacionales. Su destreza en el comercio ilícito y su capacidad para concretar transacciones de alto riesgo lo convirtieron en uno de los brokers más cotizados del crimen organizado.
La investigación sobre su asesinato y la posible filtración de información que permitió el ataque continúa en curso. Mientras tanto, la muerte de Marco Ebben deja un vacío en la red criminal global y plantea interrogantes sobre las pugnas internas en el narcotráfico internacional.